lunes, 5 de enero de 2009

Historias del mar I

Era una mañana fría
de oleaje desbocado,
de arena parda.

El caminaba a solas,
en la mirada, sólo
las conchas de nácar.

El viento no sabía,
no sabía nada,

El mar no sabía,
la arena, no sabía
de aquella muchacha triste
sentada en la orilla.

Mirando el azul
buscaba una figura

que no fuera
hecha de algas

que no fuera
hecha de sal...

-¿Qué buscas muchacha?_
el mar no sabe nada de ti...
(sopló el viento
danzando en su pelo).

-El se lo llevó...

-Sabes... él se los lleva a todos
a ti te llevó también,
dulce 'niña-caracola',
despierta...

Blanca como el nácar
estupefacta, vacía
dulce niña...
con el rumor sordo
de cien olas
anclado en tu boca

tu boca
abierta y salobre.