sábado, 1 de noviembre de 2008

LA MARIPOSA (Cuarta parte)

Era una hermosa mañana, cuando la mariposa
se acercaba finalmente al planeta azul.
En su descenso frenético, atravesó hecha
un ovillo las primeras nubes de algodón.
*
Entonces vio, lo que parecían ser unas ramas,
que asomaban entre las nubes más bajas.
Y cayó saltando de una en una, sin lastimarse
apenas sus maltrechas alas.
*
Las ramas de aquel árbol gigante, que habían
estado heladas durante la noche, se deshelaban
ahora con los primeros rayos de sol; y la mariposa
resbaló así, suavemente entre ellas,
pasando desapercibida como un
destello más de rocío.

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