Conoces la respuesta…
flota en tu saliva,
en mi saliva.
Flotaba ya en los pechos hinchados
que nos nutrieron.
Ahora…
nos grita su nombre,
desde lo mas profundo
de nuestros huesos de madera.
Y dicta sentencia...
-¿Culpable?
-¡Si!, Cecilia
Para entonces había descubierto..que ahora se había convertido..en el sueño de un niño..Y se alegró tanto, que NUNCA DEJÓ DE BATIR SUS ALAS...
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