Entonces ocurrió que, cansada de batir sus alas, la mariposa desfalleció; se durmió y cayó en espiral, balanceada por el viento cósmico, como una hoja seca.
Y cayó y cayó durante largos años...
Pero un día, mientras precipitaba eternamente, la mariposa despertó.
-No hay ningún niño que me observe...¿A dónde voy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario