jueves, 30 de octubre de 2008

El camino

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Cada entierro tiene su camino
necesario, quizás,
y a cada paso, se recita en la oscuridad
el sortilegio para que, crea nuestro miedo,
incrédulo, en sí mismo.
*
Pero hay entierros de caminos claros y bellos,
como sonrientes horizontes vallados de espinos,
que se clavan en nuestros ojos.
Nuestra alma no sabe ni que pensar
y desorientada, vaga perdida
por aquellos cielos
creando formas asombrosas.

1 comentario:

Carz dijo...

En ocasiones la sensación de pérdida es tan enorme que el pensamiento no puede más que divagar, en un intento ingenuo de evasión.