
tus huesos,
fueron el útero de otras vidas.
*
Tu eco fue
la voz del mar para siempre,
el eterno suspiro, el llanto de tus hijos.
*
Tus ojos
el color del horizonte
en este desierto esmeralda.
*
El desolado sol del estío
no puede secar tantas lágrimas,
porque el mar se ha hecho un traje
con tu amor mismo
y de tu pena un océano de ti,
para cubrirte en tu lecho
de muerte y vida.
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