sábado, 24 de enero de 2009

Historias del mar III. 'Desvistiendome'

Eterna niña-caracola
tu concha quedó varada,
ahora, su nombre es arena.
*
El ínfimo espacio
que te unía al nácar
se hizo eterno.
*
Te desvestiste,
te deshiciste,
te abandonaste al sabor
salado
de la ausencia misma.
*
fue tu huida,
huida en estado puro.
*
Te desterraste de ti misma,
te arrancaste
de lo más profundo
de la espiral carnosa
que te unía a la vida.
*
Te bañaste desnuda
en el mar inmenso y frío,
y te dejaste atrás en el tiempo,
en aquella orilla.
*
Y tu piel aun te llora,
aún te llama...
con el eterno rumor
de cien olas...
engarzado en tu boca
*
tu boca
abierta y salobre.

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