viernes, 7 de noviembre de 2008

Pastora

Siempre me gustó el campo, los espacios abiertos, los cielos plagados de nubes, los valles, los ríos. Aquellos pequeños recovecos entre las piedras...dónde habitaban animalitos multicolores, atareados de aquí para allá, con no sé que fin... me fascinaban.
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De pequeña le decía a mi madre: -Mama, quiero ser campista'. Ahora sé, que ya en aquellos tiernos años, parecía yo vislumbrar lo que me haría disfrutar más que ninguna otra cosa en la vida. Mi oficio, fue al final.....el de 'pastora'.

Sí, si, pastora... pero no pastora de ovejas, sino de letras.
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El oficio de 'pastora de letras' es bastante duro, pues la tarea de agruparlas es ardua y cansina. No sólo basta con azuzarlas un poco....(ni poco ni mucho). Hay que tratarlas con delicadeza, como ellas se merecen; para que se alineen de manera adecuada, cosa que ellas mismas saben hacer por naturaleza, pero hay que ayudarlas, recordándoselo continuamente; puesto que no tienen muy buena memoria..(más bien diría yo nula); y tienden a perderse entre la multitud y al albedrío y al charloteo. La verdad es que son algo indisciplinadas. Obedecen poco o nada por las malas...aunque por las buenas...por las buenas, hacen maravillas.

En fin, al final también soy 'campista'...eso si, aficionada. Pero con mis letras a todas partes...necesitan a alguien que las mime, alguien que defienda, de vez en cuando, sus derechos. Y que las deje campar a sus anchas por los valles y ríos y perderse en los colores infinitos de su propia naturaleza.

2 comentarios:

Enrique M. dijo...

Es que en el campo, se respira un aire superior.

"El don de la vida ha pasado a las flores" decia Verlaine.

Y aun no lo han devuelto.

Julio Castelló dijo...

Qué hermoso este campo de palabras tuyas de otoño que caen desde la altura de tus deseos saciados. Un descanso volver a tus pastos.