jueves, 27 de noviembre de 2008

Parece que atisbo a ver el camino escurridizo; al fin, al fin creo ver el rastro de otros que pasaron por aquí, aun retumba en el aire los ecos de otros, aun retumban las voces de los que me precedieron. Aun me parece olerlos, están tan cerca, unos pasos por delante.
Pero la maleza me impide verlos y también me impide ver si es el camino correcto, sus espinas, sus espinas me pinchan las manos.
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Supongo que para saber si es el apropiado, primero debería estudiar a dónde quiero que me lleve este camino mio, tan añorado, tan soñado por mi. Pero no lo sé con certeza, se difumina en mis pupilas todas las mañanas, al despertar....se queda en la punta de la lengua, en el limbo de los sueños sin concluir. Y sólo queda la boca seca y una extraña sensación de pérdida...
-¿Dónde...dónde se quedó mi sueño?...
-No lo recuerdo, pero sé que era 'mi sueño'...'mi Sueño'.
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Pero si algo aprendí del camino, es que no se debe mirar a lo lejos, porque te engaña la bruma de la mañana, y aunque creas ver una verde llanura, una posta; puede ser un espejismo cruel al llegar al encuentro... muchas veces lo es.
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Por eso yo he decidido mirar justo delante de mis pies atónitos, y mirar a los lados, y observar los animalejos que cruzan, los caracoles, las lagartijas...como hacia cuando era niña...si, cuando llegaba tarde a casa del colegio, por la vereda estrecha y serpenteante que guiaba mi mundo entonces.
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Ah! ¡Qué bello que era aquel camino infinito por descubrir!. Había tantos animalillos que observar, atrapar y clasificar en un bote de cristal... Había tantas flores que recoger, tantos colores en forma de flor, tantas formas y olores distintos y nuevos. ¡Eso, eso si, era vida!.
Ahora que caigo, desde entonces, no hice otra cosa que aguantar la embestida de la tormenta que me asedió día y noche...
Pienso, me pregunto...-¿Pasará de nuevo el camino por la primavera?...¿Saldrá del invierno algún día de deshielo, la vereda?

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